Está demostrado que el éxito se encuentra detrás de las frustraciones temporales y el fracaso.
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Antes de seguir leyendo este post, asegúrate de echarle un vistazo a la parte primera; Darby: a un metro del Oro
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Al final del artículo te recomiendo un libro sobre la ciencia del éxito 😉
«Nunca me detendré porque me digan NO«
La historia no acaba aquí. Mucho tiempo después de estar literalmente a un metro del oro, Darby, con muchos remordimientos, se puso a trabajar en una correduría de Seguros de vida.
Recordando pues que había perdido la oportunidad de tener una inmensa fortuna por el acontecimiento ocurrido en la veta por el que decidió abandonar, aprovechó esa misma experiencia para utilizarla de cara al desempeño del nuevo trabajo que había elegido.
De este modo, Darby aplicó esta mala experiencia y se dijo a sí mismo: «Me detuve a un metro del oro, pero nunca más me volveré a detener aunque me digan que NO cuando trate de vender un seguro».
Darby logró convertirse pues en uno de los pocos hombres que consiguen vender alrededor de 1 millón de euros anuales en seguros. Esta tenacidad se debía sobre todo a la mala experiencia recibida tras el negocio en la mina de oro.
Debes saber que antes de que el éxito aparezca en la vida de cualquier persona, siempre va a encontrarse frente a numerosas frustraciones temporales, e incluso puede que también con algún que otro fracaso.
Cuando la frustración se adueña de una persona, la mejor opción y la más lógica a su vez que puede tomar es la de abandonar. Pero esto es lo que hacen la mayoría de las personas.
(Ver: Errores en Network Marketing)
Es importante que sepas además que más de 500 de los hombres que disfrutan de la mayor prosperidad en Estados Unidos sostienen que sus mayores éxitos surgieron más allá del punto en el que la frustración se apoderaba de ellos.
Recuerda: «El fracaso es un embustero con un mordaz sentido de la ironía y la malicia. Disfruta haciéndonos tropezar cuando tenemos el éxito prácticamente en nuestras narices».
Una lección de perseverancia de cincuenta centavos
Poco después de que Darby se licenciara en la «Universidad de las caídas» y de que decidiera aprovechar esa misma mala experiencia para utilizarla en su empleo día a día, tuvo la suerte de presenciar una escena que le demostró que «No» está muy lejos de un «no» cualquiera.
Una tarde de un día normal Darby estaba ayudando a su tío a moler trigo en un viejo molino. El tío, por su parte, dirigía una granja bastante grande, en la que vivían distintas personas de color que trabajaban para él.
De repente la puerta se abrió, y apareció una pequeña niña, hija de uno de los arrendatarios, que se situó junto a la puerta y que reclamaba al tío cincuenta centavos que su madre necesitaba. A lo que el tío de Darby se negó rotundamente.
Ante la negativa, la niña se quedó inmóvil.
El tío de Darby siguió con sus cosas sin ni siquiera darse cuenta de que la niña seguía allí parada, pero cuando levantó la vista, se irritó tanto que la amenazó con pegarle una paliza. Aún así la niña se quedó allí plantada.
Seguidamente, el tío de Darby se acercó furioso a la niña, pero en vez de amedrentarse, esta dio un paso al frente, lo miro a los ojos y le replicó una vez más que su madre necesitaba los cincuenta centavos.
El tío se paró por un instante, y pensativo soltó el objeto, se metió la mano en el bolsillo y lentamente sacó esa moneda de cincuenta centavos que tanto ansiaba la niña.
Ella cogió el dinero y se marchó, pero sin embargo, el tío por su parte se sentó sobre una caja y se quedó pensativo durante minutos. No tenía otra posibilidad que no fuera estar sorprendido ante lo que acababa de ocurrir con una pequeña niña.
Darby también se encontraba pensativo. Era la primera vez que observaba que una persona de color dominaba sobre un hombre adulto blanco.
¿Cómo lo había hecho? ¿Qué había hecho para que su tío perdiera la ferocidad y se volviera tan dócil de repente?
Preguntas como estas eran las que no paraba de hacerse Darby a sí mismo. Pero no halló las respuestas hasta muchos años después, cuando contó toda esta historia a un escritor.
¡No dejes que una frustración temporal te detenga! Aprende a decir NO. Utiliza las malas experiencias para mejorar y lograr el éxito.
Si te gusto el post, asegúrate de leerte el libro de Piense y Hagase Rico de Napoleon Hill. Donde relata los pasos que siguieton los más de 500 multimillonarios que entrevistó.
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