Muchas veces dependemos de algo o alguien que nos incentive, un objetivo, una misión que nos haga lograr el dinero y la riqueza que deseamos obtener.

En el post de hoy usaremos algunos ejemplos que sirvan de aclaración a lo que comentamos.

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Para ganar dinero tienes que llamarlo, el dinero es energía.

(Ver: Barnes. Una Historia Sobre la Perseverancia)

El Incentivo Que Conduce al Dinero

Hace mucho, mucho tiempo, un guerrero tuvo que afrontar una situación en la que de una sola decisión dependía garantizar la victoria de su clan en el campo de batalla.

Pensó en enviar a sus tropas contra un enemigo poderoso, cuyos hombres superaban en número a los suyos.

Así, el guerrero embarcó a sus soldados, navegó hacia el país enemigo, desembarcó y dio la orden de quemar la flota que los había llevado hasta el lugar. Al dirigirse a sus hombres antes de encaminarse a la primera batalla, les dijo: «Ved cómo los barcos se convierten en humo… ¡Esto significa que no podremos dejar estas playas vivos a menos que ganemos!»

Además, añadió: «No tenemos opción: ¡Venceremos o moriremos!»

Vencieron

Cada persona que logra «vencer» en una empresa debe estar dispuesta a quemar sus naves y eliminar todas sus posibilidades de dar marcha atrás. Solo de esta manera podrá tener la seguridad de mantener ese estado mental llamado «deseo ardiente» de ganar, esencial para alcanzar el éxito.

Ahora hablaremos de los hechos posteriores al conocido Gran Incendio de Chicago de 1871, en los cuales muchos de los comerciantes afectados se quedaron allí de pie, observando como sus negocios se habían convertido en restos humeantes.

Estos empresarios se reunieron para decidir si tratarían de reconstruir sus negocios o por contra abandonar la ciudad de Chicago para poder empezar desde cero en otro lugar del país más prometedor.

De este modo, todos llegaron a una conclusión, todos excepto uno: abandonar Chicago.

El comerciante que decidió quedarse y reconstruir su pequeño comercio señaló con el dedo lo que quedaba de su tienda, y dijo: «Caballeros, en este mismo lugar reconstruiré la tienda más grande del mundo, sin importar cuantas veces pueda quemarse«.

Esto fue hace casi un siglo. La tienda fue construida.

Lo más sencillo que Marshall Field (que así se llamaba) podía haber hecho era imitar a sus colegas comerciantes y retirarse cuando la situación se mostraba difícil y el futuro parecía funesto.

Pero no. Fíjate bien en la diferencia entre Field y los otros empresarios, porque esta es la misma diferencia que distingue a casi todos los que tienen éxito de los que no lo tienen.

(Ver: El Poder de las Buenas Ideas)

Todo ser humano que alcanza la edad de comprender la razón de ser del dinero, quiere dinero. Quererlo no basta para acumular riqueza.

Pero al desear la riqueza con un estado mental que llega a convertirse en una obsesión, y después planificar formas y medios definidos para adquirirla, y, por último, ejecutar esos planes con una perseverancia que no acepte el fracaso, atraerás la riqueza.

Seis Maneras de Convertir el Deseo en Dinero

Para poder convertir el deseo de poseer riqueza en oro diremos que se necesitan seis pasos prácticos y definidos, los cuales explicamos a continuación:

Primero. Determina la cantidad exacta de dinero que deseas; no te bases en «quiero mucho dinero«, eso no basta. Se definitivo en cuanto a la cantidad.

Segundo. Determina también con exactitud qué es lo que estarás dispuesto a dar a cambio del dinero que deseas obtener (No se recibe algo por nada).

Tercero. Establece un plazo determinado para poseer el dinero que te propongas.

Cuarto. Crea un plan que sea preciso para poder llevar a cabo tu deseo, y que este sea inmediato, sin tener importancia en si se ha preparado con antelación o no.

Quinto. Escribe un enunciado conciso que aúne todo lo expuesto en los cuatro puntos anteriores, es decir, en el que se determine la cantidad exacta de dinero que esperas, qué estarías dispuesto a dar a cambio de él, y el tiempo límite en el que deseas conseguirlo.

Sexto. Por último, lee tu texto en voz alta dos veces al día, una vez antes de acostarte y la otra al despertarte. Además, mientras lees, mírate, siéntete y piénsate en posesión de dinero.

Es muy importante que sigas las instrucciones de todos estos preceptos o pasos, en especial las del sexto y último. Tal vez te quejes de ver «imposible» verte en posesión del dinero antes de tenerlo realmente…

Si te lo pasaste bien leyendo el post de hoy, te recomiendo el libro de Napoleon Hill titulado Piense y Hagase Rico donde muestra el estudio que hizo a más de 500 multimillonarios y establece que tenían hábitos, creencias y rutinas en común.

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Aquí es donde el deseo ardiente acudirá en tu ayuda

Si realmente deseas el dinero con tanta fuerza que puede llegar a ser una obsesión, no tendrás dificultad para convencerte a ti mismo de que lo adquirirás, ya sea más tarde o más temprano.

El caso está en desear el dinero, y llegar a estar tan determinado a poseerlo que te convenzas de que lo tendrás.

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